Miles de personas viven en jaulas en Hong Kong. En esta ciudad, convertida en el faro capitalista de la nueva China, muchos creen tocar el cielo desde lo alto de sus imponentes edificios. Mientras, a ras del suelo, la realidad golpea a los de siempre, que invierten los pocos euros que tienen en tres metros cuadrados rodeados de reja donde encerrar los pocos sueños que aún les quedan.
Hong Kong se ha convertido en uno de los grandes símbolos del progreso. Las agencias de turismo lo venden como "uno de los motores económicos de China", así como "su ciudad más moderna". Se trata de una gran urbe que no duerme, con decenas de visitas de ocio y con un skyline que poco tiene que envidiar al de ciudades como Nueva York.
Pero, como no podía ser de otra forma, también es una ciudad de contrastes. El lujo y el glamor se mezclan con la pobreza más cruda en este emblema capitalista de la mal llamada China comunista. Mientras los imponentes edificios se alzan hasta rascar el cielo, miles de habitantes viven en espacios de apenas llegan a los tres metros cuadrados. Son los conocidos como 'hombres-jaula'. La otra cara del progreso salvaje.
El barrio de Kowloon (mirad este enlace porque os va a dejar con la boca abierta) es donde se concentran la mayoría de los casos. Ostenta históricamente el demérito de haber sido el núcleo urbano con la mayor densidad de población del Planeta, alcanzando en 1991 la cifra de 40.426 habitantes por kilómetro cuadrado.
"Más de 100.000 personas viven en estas jaulas, en la ciudad que presumía en 2007 de haber vendido el apartamento más caro del mundo: 357 metros cuadrados por 15,7 millones de dólares" señala el fotógrafo español Victor Fraile en una entrevista que concedía tras conseguir un accésit en el XII Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luís Valtueña por su impactante serie ‘China, hombres-jaula’.
Con estas imágenes, que hablan por sí solas, Fraile sacaba a la opinión pública un tema que, pese a ser ya conocido, se encontraba con el contexto adecuado tras el desembolso millonario que el gigante asiático habría realizado para albergar los Juegos Olímpicos.
Por aquella época (año 2008) el diario EL MUNDO también se hacía eco de este fenómeno con un interesante reportaje. En él, la periodista Ana Pérez ponía cara a alguno de los protagonistas de este drama, muchos de ellos abandonados o sin familia y que llegaban a pagar el poco dinero que tienen por una jaula donde encerrar los pocos sueños y pertenencias que les quedan.
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