Algunos diréis: “Date una oportunidad, no puede ser tan grave”. La respuesta es rotunda, tengo tres cactus en casa y dos están agonizando (una incluso la podríamos dar por muerta. DEP). El otro debe ser de plástico porque lleva cerca de dos meses sin que nadie lo riegue y aún se mantiene erguido.
Hay que reconocer que llevarlos allí antes de irme definitivamente a vivir no ha sido la mejor idea que he tenido. Mi abuela me los regaló y me dijo: “Estas plantas si te tendrán que aguantar, riégalas una vez al mes”. No sé si he cumplido con los plazos, pero es evidente que algo ha ido mal.
Me parece que el problema reside en la ausencia de luz. Los cactus han empezado a estirarse con la vista puesta en la ventana, al fondo del salón.
Al final, aunque de forma totalmente involuntaria, he conseguido que las plantas digan mucho de mí. ¿No es eso lo que se pretende cuando se decora la casa?. Soy vago y despistado. En cualquier caso, cuando me vaya definitivamente en septiembre al piso podré darme una segunda oportunidad.
PD: A una de los cactus le saco un “parecido razonable”. A partir de ahora le voy a llamar Bolt.
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Y aunque hayáis comprobado mi torpeza en todo este asunto, os voy a hacer una recomendación que os puede interesar. Hace unos meses vi una tienda en Madrid donde se vendían macetas verticales para colgar en la casa. Una opción interesante, principalmente para esas esquinas que quedan desaprovechadas. La empresa responsable de esta iniciativa es Flowerbox.
Esta que os pongo es mi favorita y se puede conseguir desde 89 euros.
