Alicia ya está de mudanza. El colegio mayor cierra y llega la hora de llevar sus pertenencias a mi casa. No sé aún como ha hecho la tia para meter durante cuatro años tantas cosas en los cuartuchos que tienen en la residencia pero el caso es que ahora, aún embaladas, las cajas ocupan medio piso. Y eso que todavía tengo que pasar mañana a por las últimas cosas. ¡Menos mal que tengo un trastero decente que acabará haciendo las veces de almacén!.
En esas cajas hay ropa (mucha ropa), joyeros (muchos joyeros), zapatos (muchos zapatos), potingues (muchos potingues) y alguna que otra cosa que pone en entredicho el gusto de esta artista. Me explico. Ella misma reconoce que su familia tiene buen gusto a la hora de regalar a otras personas, pero que a la hora de tener detalles entre ellos parece que tienen algo de odio o rencor dentro.
Tengo pendiente abrir una especie de 'Gran Hermano' en el blog con alguna de esas 'perlas', animando a participar en una votación para ver si alguno de los objetos tiene que abandonar la casa, pero no me deja. Acaba escudándose en el "valor sentimental" de éstos, que todos sabemos que no es más que una burda excusa cuando no se quiere aceptar que algo es feo. En cualquier caso, ya ando preparando un contrataque para recuperar el terreno perdido con sus tazas, delantales, albornoces o cestas para la fruta. Os seguiré informando.
Iba siendo hora de preparar los armarios si no queríamos que las cajas se hicieran con el control de la casa. Este martes nos pasamos por IKEA pero resulta que los genios que diseñaron la casa ¡¡¡hicieron armarios que no se ajustan a las medidas de los complementos de la multinacional sueca!!!. Eso debería estar penado por ley. ¿A quién se le ocurre?. En ese momento nos bloqueamos y todos los planes quedaron por tierra.
Sin embargo, siempre hay un chino para resolver tus problemas. Allí sí que tenían los cajones de plástico que andábamos buscando, una solución transitoria que nos va a ayudar a realizar sin más demora el trasvase de ropa. Además, por si faltase espacio, compramos unos prácticos cajones de plástico con ruedas en Leroy Merlín, con un 25 por ciento de descuento, para colocar debajo de la cama y aprovechar todos los huecos posibles.