La entrada de hoy no es original, es algo que ya se conoce desde hace tiempo, pero que no deja de sorprenderme. En este caso, la sección 'social' del blog trata un tema de responsabilidad medioambiental. En 2009, el secretario de Energía de los Estados Unidos, Steven Chu, lanzó la propuesta de pintar los techos de color blanco, una acción que, según decía, "equivaldría al efecto de retirar todos los coches del mundo de las carreteras durante once años".
Me parece muy exagerado, pero es increible ver como medidas tan simples pueden ser claves para reducir los daños producidos por el cambio climático. Y la explicación es sencilla y se viene aplicando en los pueblos del sur de España toda la vida. Los colores claros mantienen las edificaciones más frías en verano y reducen de manera importante el consumo de energía generada por los aparatos de aire acondicionado, entre otros.
En Californa ya existe una ley, desde el 2005, que obliga a que todas las nuevas construcciones en ese Estado tengan los techos blancos. Por su parte, un estudio publicado en 2008 en The New Scientist reveló que las enormes extensiones de invernaderos blancos en Almería podrían ser responsables de una bajada de la temperatura de 0,3 grados por década.
Varios ejemplos que ponen de manifiesto que solucionar problemas relacionados con el medio ambiente está en nuestras manos, atendiendo más a la lógica y a la concienciación que a la confianza ciega en potentes tecnologías de última generación.
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