Pocas cosas hay más típicas para un cumpleaños que una fiesta sorpresa... Sin embargo, siguen siendo muy efectivas. A todo el mundo le gusta verse sorprendido por un montón de amigos a los que no espera y pensar en el tiempo que han pasado planeando la forma en la que sorprenderte.
Para el 22 cumpleaños de Alicia montamos una de esas. Llevó un tiempo planearlo y un poco de esfuerzo conseguir que no se enterara, aunque es demasiado inocente y ni siquiera ha tenido sospechas. Al final, nos juntamos unas quince o veinte personas en casa y fue una buena noche, aunque una vez que nos fuimos para Madrid a salir un rato el grupo se redujo drásticamente...
Eso sí, este tipo de regalos puede llevar una parte negativa. A la mañana siguiente había poco que celebrar y mucho que limpiar. Así que desayunamos un poco de pizza que sobró de la noche anterior, pusimos un poco de música, escoba en mano y a volver a la dura realidad. En cualquier caso, mereció la pena.
1 comentario:
Siento mucho habermelo perdido, pero no estaba yo muy sociable...
Publicar un comentario